jueves, 21 de mayo de 2015

Contribuido por el señor XX-24. Esto ocurrió probablemente en 1998.

Cierta vez salimos con mi novia y otra pareja en el auto de ellos. Fuimos a un sector de los bosques de Palermo donde se reúnen muchos autos con gente adentro. Paramos. Ellos en los asientos de adelante se empezaron a tocar. El flaco la manoseaba con todo… lo que se dice maaaal... Vivíamos por esos años los cuatro cerca de Laferrere. Hoy tengo 44 años, pero entonces andaríamos en 27 más o menos. Con mi novia nos empezamos a tocar un poco para cuando ellos ya estaban a full. Creo que si ella no hubiera tenido pantalón, se la clavaba ahí nomás. El otro mientras tanto la había desnudado a la novia. La puso bien en tetas. Nosotros desde el asiento de atrás veíamos todo y nos excitaba. El otro peló y su novia le empezó a besar abajo. Ella sentada de costado y sobre sus piernas dobladas, con el top bajo, Ambos con el pantalón desabrochado. Se notaba que estaban acostumbrados. Él mirando hacia el parabrisas mientras ella le chupaba el pene. Por momentos la hacía incorporar y le chupaba las tetas y le metía mano por debajo del pantalón. Lo que hacían a veces nos distraía, nos mantenía muy calientes, sobre todo a mí. Pero a mi novia (hoy mi mujer) no le gustaba que la vieran sacada como a la otra, así que yo sólo le metía mano como podía entre la ropa y su piel pero no la puse en lolas. Incluso cuando chupé sus lolas se lo hice de tal manera que mi novia se cubría con un saquito de hilo. A la otra no le importaba que la vieran desnuda de arriba, al contrario parecía disfrutarlo.
Estuvimos como una hora hasta que el novio de la otra nos propuso ir a un telo. Mi novia no quería pero terminamos convenciéndola. Como no teníamos mucha guita, fuimos todos juntos en el auto pero mi novia y yo escondidos atrás y entramos así. Nos colamos con mi novia, mientras ellos pagaban por una sola pareja. Terminamos los cuatro en la misma habitación pero de contrabando como se dice. No sé si los del telo se dieron cuenta o se hicieron los boludos pero el asunto es que pudimos. El que conocía el telo era el otro muchacho, que nos dijo: no pasa nada, nunca se fijan cuanta gente sale del estacionamiento, quédense tranquilos.
Al principio mi novia no se animaba mucho pero la amiga chupaba al novio como loca. Me costó convencerla, pero no se quería sacarse la ropa. Para entonces, la otra pareja estaba en bolas. Y aunque no hizo caso cuando le pedí que se desnudara no me impidió nada... Le bajé los breteles y quedó en bombacha. La otra lo mamaba al novio como loco. Mi nena, al ver lo que hacía su amiga, se me vino encima muy caliente y me mamó también. Es decir cada una chupaba a su respectivo novio aunque en la misma cama.
Después la otra se montó sobre el novio y lo cabalgaba como loca mientras le metía las lolas en la cara muy cerquita nuestro... Las dos tenían lolas pequeñas, de nenas. Era muy excitante ver coger a al otra, le ponía mucha energía al asunto. Pero esa vez la cosa terminó ahí. El otro acabó adentro de la vagina de su novia y yo en la boca de la mía. Mi novia no quiso coger delante de ellos, no quería que la vieran desnuda. Después nos lavamos, nos pusimos a charlar de boludeces y así terminó ese día.
Pero la idea ya estaba. Nos había quedado como una materia pendiente. Cada vez que cogíamos con mi novia, recordábamos aquella tarde. Así que como a las dos semanas nos hablamos por teléfono y nos enfilamos directamente a ese mismo telo los cuatro, de nuevo en el auto de ellos. Esta vez teníamos plata. Al entrar preguntamos si era posible pagar por cuatro pero ocupando una sola habitación. El conserje nos miró y nos dijo que eso no estaba permitido por el reglamento o por las ordenanzas, no recuerdo muy bien, aunque agregó: lo que puedo sí es darles dos habitaciones contiguas del último piso, las últimas del fondo, por si quieren estar más cerca, es todo lo que puedo hacer. Nadie los molestará, las señoritas de la limpieza irán por ahí recién cuando ustedes devuelvan las llaves… Era una manera de decirnos: yo les doy esas dos habitaciones, si después resulta que los cuatro ocupan solo una ya es cosa de ustedes, yo ni quiero enterarme… Al darnos las dos llaves a los hombres, nos dijo: que la pasen bien, y nos guiñó un ojo. Así que fuimos los cuatro a una de las habitaciones y ni siquiera abrimos la otra.
Para entonces mi novia lo había madurado bien. Nos quedamos charlando en rueda en la misma cama un buen rato. Después beso va, beso viene, le empecé a dar a la amiga de ella, la novia del otro. Ya la estaba cogiendo a full cuando vi que mi novia estaba prendida del otro y se lo regarchaba en la misma posición que la otra se lo cogiera la vez anterior. La pasamos bien. Después quisimos que hagan algo entre ellas pero mi nena no quiso.
Al salir, el conserje nos volvió a guiñar el ojo mientras nos decía: pueden volver cuando quieran, siempre habrá allá arriba dos habitaciones contiguas o cercanas por lo menos.
Meses más tarde aquella pareja se mudó, con mi novia nos casamos y así fue que nunca más lo hicimos de a cuatro. Siempre los recordamos, y a veces los extrañamos…

(El conserje que nada sabía)


No hay comentarios:

Publicar un comentario