Contribuido por el señor XX-11. El hecho ocurrió a principios
de 2010.
Mi ex mujer era gordita y por cómo hablaba en la cama,
siempre me pareció que había tenido otros tipos.
Me decía “bebé” y otras cosas que normalmente no se atrevía
a decirlas durante el día.
Nunca se equivocaba con mi nombre pero a veces lo pensaba.
Nunca me entregaba la cola hasta que un día me la dio
después de varios años.
Alegaba que era virgen de atrás porque ya de chiquita le
habían dicho que era muy doloroso por ahí.
Pero por cómo le entró conmigo, parecía haber sido usada
antes.
Se suponía que nunca tuvimos sexo anal por el dolor,
Pero cuando se decidió, no sentí que fuera tanta la
resistencia que hacía su agujero.
Mi pija no es chiquita pero ella alegó esa vez que estaba
bien lubricada.
La verdad no le creí.
Después empezó a depilarse en casa.
Siempre venía una tal Pocha, pero un día esta mujer estaba
engripada, así que en su lugar vino un muchacho buen mozo.
Era gay pero a ella no le importó, alargó la manito como
distraída y se encontró con una percha de aquellas…
Ella le desabrochó la bragueta y se abocó a lo que todos se
imaginan.
El muchacho se excitó.
Ay… cómo le miraba el culo, cómo la dio vuelta, cómo la
cogió por el lugar que se suponía era el más difícil…
Ella dijo nooooo, pero el gay con voz afeminada le dijo:
nada de no, querida, las colas están para romperse, así que quietita.
Detrás de un orificio, especie de mirilla camuflada en la
pared, los espiaba alguien: yo.
(La duda)
(La duda)
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